Las personas que padecen odontofobia, o miedo al dentista, experimentan ansiedad o crisis de angustia a la vez que tienden a ponerse en los peores supuestos sin que estos hayan tenido lugar. La mayor parte de las personas que la padecen acaban por decidir que la mejor manera de evitar esta situación es no ir a la consulta, lo que conlleva serios problemas de salud.
Como ya sabes, las revisiones al dentista son necesarias para evitar problemas más graves relacionados con nuestra salud bucodental. Por ello, si eres una de esas personas que tiene aversión a acudir a la consulta, hoy te ofrecemos una serie de consejos que te ayudarán a superarlo:
Identifica la razón del miedo:
Es importante reflexionar sobre qué te ha causado ese miedo al dentista y llevar a cabo un análisis con tranquilidad.
Infórmate:
Muchas veces acudir a una clínica dental y solicitar información puede ayudar a resolver dudas y a favorecer que aumente tu confianza. Igualmente te permite conocer el lugar y ver cómo los pacientes que salen del consultorio lo hacen con total tranquilidad.
Buscar un dentista de confianza:
Pregunta a amigos y familiares que visiten habitualmente al odontólogo, ellos podrán recomendarte uno adecuado para ti, así como contarte su experiencia. En ese sentido, siempre puedes acercarte a la consulta para ver si te inspira confianza y comentarle al profesional tu miedo, seguro que te ayuda a mitigarlo y te explica por qué puedes estar completamente seguro.
Pide hora y prepárate mentalmente:
Una vez hayas concertado la hora de la cita menos oportunidades habrá de echarse atrás. Una vez tomada la decisión evita cualquier foco de ansiedad o estrés: relájate y sal a dar un paseo, habla con amigos… Cuando estés en la consulta pide a un amigo o familiar que te acompañe: el ir acompañado refuerza la decisión de ir al dentista y facilita la distracción durante la espera.
Ten en cuenta que la primera consulta suele ser una revisión a partir de la cual se elaborará un plan de tratamiento, por lo que no tendrás que enfrentarte a nada doloroso, lo que te hará ir tomando un poco de contacto con la realidad haciendo la transición más suave.
