Es raro, pero no imposible. Por fin ha llegado el día, conocerás por primera vez la cara de tu bebe y al ver su boca… ¡tiene un diente! A pesar de que no es nada común, algunos bebés nacen con uno o dos dientes, pero tranquila si tu niño es uno de ellos porque esto no significa que sea un problema. ¿Quieres saber las razones? ¡Vamos a ello!
Según un estudio del sector, uno de cada 30.000 bebés nace con esta condición. Los dientes natales aparecen desde que están en el útero de la madre y no significan ninguna enfermedad o anomalía del niño, simplemente son piezas adicionales. Al ser dientes prematuros puede que no tengan la apariencia de un diente normal y lo más seguro es que tampoco haya salido del todo ya que la encía de los bebés recién nacidos no es una estructura fija. Estos dientes tienden a moverse con el tiempo, incluso se estudia la posibilidad de extraerlos.
Lo cierto es que todavía no se sabe cuál es la causa principal de la aparición de dientes en el nacimiento, pero sí que existen varias teorías. Los dientes natales se dan porque la raíz crece en una posición incorrecta, por lo que tienden a adelantar su salida. Herencia, infecciones, desnutrición, mala posición de la raíz, estimulación hormonal o la exposición de la madre a toxinas en el ambiente durante el embarazo son algunas de estas teorías.
Los dientes suelen crecer en la parte donde van los incisivos centrales, por lo general en la parte inferior. También se ha demostrado que son más los casos de niñas que de niños. Y si tenemos que identificar algún factor problemático, será en el caso de la madre a la hora de darle el pecho. Será una situación incómoda y dañina.
La ciencia lo asocia a una situación superficial del germen dentario en desarrollo, lo que provoca erupciones antes de lo normal. Pero, como hemos comentado antes, todavía no se sabe a ciencia cierta.
Ahora bien, ¿qué cuidado hay que seguir? En Clínica Carolina López aconsejamos revisiones preventivas con lo más pequeños que ayuden a conocer todo sobre cómo cuidar la salud del bebé y más aún si nos encontramos con esta situación. De momento, te damos algunas claves:
– Limpiar constantemente la zona con una gasa limpia y húmeda enroscada al dedo. Siempre de forma suave y humedecida con suero fisiológico.
– Revisar la boca para comprobar que no han dañado la lengua del bebé.
– Mantener la boca limpia tras beber leche para que no se produzcan caries, algo de lo que ya hemos expuesto en nuestro blog en alguna ocasión.
Recuerda que el cuidado de los dientes debe ser permanente y que debes tener siempre presente tu visita a un profesional. ¡Acude a Clínica Carolina López!