Desde hace tiempo, estamos acostumbrados a los piercings en casi cualquier parte del cuerpo, incluso en la lengua, el frenillo o el labio. Sin embargo, estas perforaciones pueden tener consecuencias para nuestra salud bucodental.
Normalmente, la perforación vendrá acompañada de dolor e inflamación. Pero, si no se realiza un correcto cuidado de la zona es posible que aparezca una infección.
Además, en ocasiones, también se pueden ocasionar problemas como maloclusiones dentales o traumatismos en los dientes adyacentes. Incluso en ocasiones, los traumatismos provocados por los piercings sobre los dientes tienen como consecuencia fracturas irreversibles que requieren restauración.
A continuación, te explicamos algunas recomendaciones para evitar problemas bucodentales si decides hacerte un piercing.
Consejos
Acude a un profesional
De este modo, te asegurarás de que cumple las condiciones higiénicas y sanitarias imprescindibles y evitaras posibles infecciones.
Limpieza del piercing
Nuestro consejo es que utilices un enjuague bucal antiséptico al menos las dos o tres semanas tras la peroración. Además, limpia a conciencia la zona con un cepillo exclusivo después de cada comida.
Práctica deportiva
Cuando practiques deporte es aconsejable quitarse el pendiente para evitar, en caso de accidente o golpes, que se agrave por culpa del piercing.
Acude a tu dentista
Es imprescindible visitar regularmente al odontólogo para que pueda evaluar el estado de nuestra boca y determinar si ha surgido algún problema.