Nos enseñan a cepillarnos los dientes desde que somos muy pequeños, pero ¿y si no es la forma más correcta de hacerlo? Hay una serie de cuestiones que hemos de tener en cuenta a la hora de lavarnos los dientes para mantener una buena salud bucodental.
Tener demasiada prisa
El primer error es no dedicar el tiempo necesario a nuestra limpieza. El tiempo necesario para realizar esta tarea diaria es de dos minutos mínimo. Si tardamos menos, no estaremos llevando a cabo un buen hábito dental.
En este aspecto, tendremos que esperar media hora desde que ingerimos la comida, especialmente si nos hemos pasado con los alimentos ácidos. La razón es muy sencilla, nuestra saliva actúa como protector del esmalte y este es el tiempo que necesita para llevar a cabo su tarea.
Lavarte los dientes con la frecuencia errónea
Si realizamos nuestra limpieza dedicándole el tiempo necesario, podemos cepillarnos de dos a tres veces al día, siempre que sea un turno por la mañana y otro por la noche. Pero atención, todo en su justa medida. Cepillarnos más de tres veces en un mismo día, puede afectar a nuestra sensibilidad.
No elegir una pasta para tu problema específico
Igual que cuando elegimos una crema solar, nos fijamos en el nivel de protección y componentes del producto, hemos de ser cautelosos también con los dentríficos y la cantidad que utilizamos. En primer lugar, más es a veces menos. Usar demasiada pasta cada vez que nos cepillamos puede causar el efecto contrario al deseado. En vez de limpiar nuestra dentadura, el cepillo no logrará retirar la suciedad.
¿Qué tipo de pasta de dientes utilizamos? Depende del aspecto o problema en el que nos queramos centrar. Mientras que los dentífricos con compuestos antibacterianos están más recomendados para personas con sangrado de encías, los que contienen flúor están indicados para la prevención de caries.
No cambiar el cepillo
Si mantienes una buena salud bucodental, se recomienda utilizar cepillos de una dureza media. Estos deben cambiarse cada tres meses, ya que las cerdas se vuelven blandas del uso y pierden su eficacia.
Y al igual que los sustituimos cada cierto tiempo, también hemos de lavarlos cada vez que los utilizamos. Una vez hemos terminado nuestro cepillado, se debe mojar el cepillo para retirar los restos de la pasta y retirar el exceso de agua. La humedad puede provocar que aparezcan bacterias.
Elegir una mala dirección
¿Hacia qué lado mueves el cepillo?¿De forma vertical u horizontal? Si es más bien la última, hemos de explicarte que no es la manera correcta. Cuando nos lavamos los dientes de izquierda a derecha o viceversa, no eliminamos la suciedad, sino que la movemos hacia otras partes de la boca. Sigue la línea de tus dientes de arriba hacia abajo para un buen cepillado.
Y recuerda terminar de lavarte los dientes con el uso del enjuague y el hilo dental. Así mantendrás tu salud bucodental y evitarás problemas derivados de la falta de higiene.