Entre los hábitos de higiene dental más extendidos se encuentra el cepillado de dientes 3 veces al día, el uso de colutorios o la utilización del hilo dental para evitar que se acumule placa en los dientes y prevenir la aparición del sarro. Pero uno de los hábitos más recomendables y que nos suele dar algo más de pereza es la limpieza dental. Quizá porque tenemos que ir a la consulta de dentista y no es una rutina que podemos realizar nosotros mismos, pero es importante recordar que hacerse una limpieza dental periódicamente te ayudará a prevenir posibles daños en tu boca.

En ese sentido, la limpieza dental es la mejor manera de prevenir enfermedades periodontales como la gingivitis y la periodontitis y, como consecuencia, evitar la pérdida de dientes por esta causa.

Además, la esta rutina permite también eliminar las manchas de los dientes causadas por hábitos como el consumo de tabaco o café. En ese sentido, la gran mayoría de los dentistas recomiendan hacerse dos limpiezas bucales al año, y aunque todos seamos capaces de entender los beneficios de una boca limpia y sana, lo cierto es que la mayoría de nosotros solo pedimos cita para hacernos estas limpiezas muy de vez en cuando.

Hoy te vamos a detallar los beneficios de una limpieza dental para comprender cuál es la importancia de hacerse este tratamiento rápido e indoloro al menos dos veces al año.

Deja tu boca en un excelente estado

Como comentábamos, la limpieza dental elimina la placa dentobacteriana y las manchas superficiales; reduce la inflamación de las encías y refuerza el esmalte y protección de los dientes, dejando una boca limpia y sana.

Limpia las piezas dentales de manera exhaustiva

Con esta técnica te asegurarás de que tus piezas dentales se limpien regularmente de una forma más profunda que con el cepillo de dientes, ayudando así a evitar las enfermedades dentales.

Previene enfermedades

Esta es, sin duda, la principal razón por la que es tan importante hacernos limpiezas dentales regularmente. Además de eliminar las manchas y la placa de nuestra boca, las limpiezas bucales eliminan el sarro acumulado, que está compuesto por colonias de bacterias que han sido cubiertas por minerales, por lo que se ha endurecido y adherido con fuerza al diente.

Las acumulaciones de sarro se forman en ocasiones con mucha rapidez, y una vez lo han hecho, no desaparecen con el cepillado diario, solo pueden eliminarse mediante una limpieza dental.

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