Cepillarse los dientes tres veces al día o cada vez que se come es vital para mantener una buena higiene bucodental pero, si queremos eliminar completamente la placa bacteriana, el hilo dental debería ser el compañero inseparable de nuestro cepillo de dientes. Solo así conseguiremos acabar con los restos de alimentos y las bacterias que se quedan entre los dientes y que pueden causarnos problemas en las encías, caries o halitosis. Puede ser redondeado o plano, con flúor o de diferentes sabores, de un solo filamento o de varios, solo tienes que encontrar el que más se adapte a la disposición de tus dientes o el que más te guste y ponerte manos a la obra.
Si no estás acostumbrado a utilizarlo o si tienes alguna duda sobre cómo hacerlo hoy te damos todos los detalles sobre sus diferentes tipos, la manera de utilizarlo o todas las ventajas que nos ofrece.
Más de dos siglos cuidando nuestra boca
Comencemos por hacer historia, pues su permanencia en el tiempo es el mejor garante de sus bondades. Fue el dentista Levi Spear Parmly el primero en recomendarlo a sus pacientes a principios del siglo XIX, pero no fue hasta 1874 cuando se patentó el primer modelo. Los primeros eran de seda pero, a lo largo de los años, fue cambiando incorporándose al mercado los de nailon y a día de hoy se comercializa en diferentes tamaños, materiales y sabores. Desde entonces, la mayoría de los dentistas y especialistas en salud dental recomiendan su uso diario y de hecho, la American Dental Association lo catalogó como “un hábito esencial para eliminar la placa que se acumula a los 20 minutos de haber comido, provocando importantes problemas como la gingivitis”.
Por si todavía no estás muy convencido de sus ventajas, es importante recordar que cuando utilizamos el hilo dental correctamente eliminamos más del 80% de la placa acumulada en la zona interdental. Y especialmente, si utilizas brackets o prótesis fijas, te será muy útil, ya que te ayudará a eliminar los restos entre tus dientes y los aparatos. Por otra parte, si tus dientes están muy juntos eres el candidato perfecto para incorporar el hilo dental a tu rutina de higiene. Por el contrario, si los tienes más separados deberías optar por el cepillo interdental.
¿Qué tipo de hilo debo utilizar?
El mercado nos ofrece una gran variedad de hilos dentales. Lo mejor es que escojas el que más se adapte a ti, pero deberías asesorarte por tu dentista. Entre los monofilamento o PTFE y los multifilamento o de nylon, los primeros tienen la ventaja de que no se deshilachan ni se desgarran pero sí que son algo más caros. En cualquier caso, si los utilizas correctamente, los dos son una excelente manera de eliminar la placa y los restos alimenticios. Además, nosotros te aconsejamos que utilices los que llevan cera, pues se deslizan mucho más fácilmente y son cómodos y sencillos de usar.
Uso correcto del hilo dental
La limpieza interdental se debería realizar al menos una o dos veces al día, pero muy especialmente antes de acostarse y tras el cepillado, para prevenir el asentamiento de la placa en los dientes durante toda la noche. Y atención porque ¡no es un sustitutivo del cepillo! Además, también es fundamental que apliques una técnica adecuada, pues de lo contrario podrás dañar tus encías. Para que esto no suceda, vamos a explicarte paso a paso cómo hacerlo:
1- Toma unos 45 cm de hilo dental y enrolla la mayor parte del mismo alrededor del dedo anular.
2- Con el hilo dental en tensión, entre los dedos pulgares e índices, deslízalo suavemente hacia arriba y hacia abajo entre los dientes.
3- Curva el hilo suavemente alrededor de la base de cada diente, asegurándote de que pasa por debajo de la encía y siempre sin golpearlo o forzarlo pues podría cortar el tejido gingival.
4- Ve estirando y dejando que se deslice el hilo para que siempre utilices secciones de hilo limpio en cada diente.
5- Para finalizar, extrae el hilo utilizando el mismo movimiento hacia atrás y hacia adelante y sácalo hacia arriba hasta alejarlo de los dientes.
