Tomografía Axial Computerizada, este es el término abreviado comúnmente como TAC. Se trata de un aparato que utiliza rayos X para obtener imágenes en 3D de toda la boca del paciente, tanto de los dientes como de los maxilares inferior y superior, algo que con una radiografía convencional no sería posible. Un estudio bucodental completo requiere de un TAC que permitirá la posibilidad de obtener imágenes de las estructuras dentales y óseas. Es importante saber que el uso de las nuevas tecnologías en medicina, concretamente en odontología, es fundamental.
Especialistas aseguran que el TAC no es una prueba habitual, se utiliza en casos muy concretos como, por ejemplo, la implantología. Este permitirá al odontólogo o cirujano maxilofacial planificar el tratamiento y realizar su trabajo con precisión. Son muchos los beneficios que aporta el TAC en odontología, atento porque te los contamos aquí:
- Determina las características de la lesión dental y permite dar con un diagnóstico con total precisión.
- Sirve para evitar que el dentista o el cirujano maxilofacial tenga que ir a ciegas a la hora de realizar una intervención.
- Cuando se requiere de la colocación de implantes, permite al odontólogo estudiar previamente la posición exacta en la que se colocará el implante, así como conocer el estado de la raíz para evitar cualquier daño.
- Si se necesita extraer una muela del juicio que aun no ha salido de la encía, el TAC permite localizar la posición exacta de la muela y la relación que tiene con el nervio para extraerla de la forma más segura e indolora.
Estos son algunas de las ventajas que aporta esta prueba. Pero, ¿cómo se lleva a cabo?
El paciente debe de permanecer lo más quieto posible mientras el detector gira 360º alrededor de él. Este proceso suele durar entre 20 y 40 segundos, permitiendo fotografiar la boca y las estructuras dentales completas. Se capturan múltiples imágenes desde diferentes ángulos que se reconstruyen para formar una sola imagen en 3D.